14 marzo, 2011

Carta de una madre



Yo tengo dos hijos, mellizos, una niña de carne y hueso y un niño de sueños y lágrimas. Mi pequeño Martin nació muerto pero su hermanita sí está conmigo.


Una noche ingresé en el hospital con casi 38 semanas para una cesárea programada al día siguiente, registro, eco, todo correcto. Se mueve mucho, bromas…Al día siguiente en el pos-operatorio su padre con los ojos llorosos me anuncia que nuestro sueño de la parejita se ha quedado troncado. Martin nació muerto, ¿porqué? no se sabe y no se sabrá. Tanta ciencia y medicina pero no lo pudo impedir y ni siquiera lo puede explicar!!!


No me gusta hablar de aborto porque como es la misma palabra en un caso voluntario me incomoda. En mi idioma materno el francés y en otros muchos hay dos palabras distintas. Además el decir que nació lo hace como más presente. A veces todo es cuestión de semántica.


A partir de allí, se entremezclan de la inmensa alegría de tener a mi niña y el gran sufrimiento de la perdida de mi niño y será así hasta que me una a él. La muerte perinatal o neonatal de un gemelo o mellizo lo hace más complicado en algunos aspectos y menos en otros.


Más difícil porque no te permiten (ni tan siquiera tú) estar mal porque tienes a tu otro bebé. “Tienes que ser fuerte, tienes a tu niña”, etc. Me sentía culpable por todo, si era feliz por tener a ni niña por ser feliz cuando había perdido a mi niño, pero al contrario ni estaba triste por la muerte de mi Martin me sentía culpable por estar mal y tenía miedo de transmitirlo a mi niña y que eso le pudiera afectar. Me sentía culpable hasta por sentirme culpable!!!


Muchas madres que han sufrido la pérdida de un bebé y que luego están ingresadas (con mala leche no puede ser otra cosa) en la planta de maternidad sufren de ver a las mamas felices pero la mama feliz era yo! A cada momento tengo un recuerdo de Martin y me hace preguntarme constantemente cómo habría sido. Pero por otro lado tengo esta suerte de tener a la otra compañera de viaje de Martin.



La ciencia no me ayudó en encontrar el porqué pero me ayudó cuando un día escuche que algunas células de los bebés en el vientre materno se desprenden y se quedan en el cuerpo de la madre. Me pareció muy bonito y explicaba el sentimiento de simbiosis que todavía siento por dentro.

Un beso desde este corazón más grande por albergar a esta vida que no fue a todas las mamas y a todos los papas que pasan por lo mismo.


Flor



“No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió.”


Gabriel García Márquez


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