* Queda por escrito todo el proceso terapéutico, para uso de terapeuta y paciente.
* Es muy interesante pasado un tiempo releer los primeros escritos y comprobar cuánto se ha avanzado en el propio proceso personal
* Se puede meditar lo que se va a decir sin miedo a olvidarse de nada importante.
* Se salvan las barreras temporoespaciales, siendo adecuado para quienes no disponen de tiempo para acudir una hora a una consulta más el tiempo que tarda uno en desplazarse.
* Es mucho más económica que la terapia presencial.
* El cliente marca el ritmo del tratamiento así como el de la inversión económica.
* Siempre cabe la posibilidad de hacer alguna sesión presencial en un momento u otro.
* En sesión presencial a veces por los nervios o por la ansiedad creada por la propia situación vital que se atraviesa se olvida uno de detalles aparentemente no importantes pero que cobran relevancia un tiempo después.
* Hay personas a las que les poner nerviosas el mero hecho de acudir a un profesional y hablarle de su vida personal; el anonimato que da el correo electrónico les anima a dar un primer paso que de otra forma no darían.
* Una vez que se da por terminada la terapia el cliente sigue teniendo todo el material escrito para releerlo cuando desee.
Mónica Alvarez
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